lunes, 29 de diciembre de 2008

DEL "DIRIGISMO" AL FMI


En la votación sobre el blanqueo de capitales, el gobierno estuvo al borde de una derrota política de las dimensiones de la producida en el Senado con el voto "no positivo" sobre las retenciones. El título referido al blanqueo obtuvo sólo 128 votos y el desgranamiento del bloque K se expresó en el voto negativo de aliados hasta ahora prácticamente incondicionales del oficialismo (Encuentro Popular y Social), que se sumaron a los que se fueron antes (Solá) y a los ausentes del bloque de Santa Fe, dirigido por Obeid, lo que podría haber tenido la inspiración de Reutemann. Antes de esto, el Frente para la Victoria había perdido por primera vez una votación en la Cámara de Diputados, referida en este caso al rechazo al veto presidencial a la Ley de Glaciares -que no alcanzó, de todos modos, para quebrar el veto redactado por las mineras.

Existe, por lo tanto, una tendencia objetiva a la disgregación de la camarilla kirchnerista. De ahí el esfuerzo del matrimonio por dotarse de una "malla de seguridad" con base en el PJ y en la mafia de intendentes del conurbano. El nuevo intento de una nueva concertación es un proyecto "moribundo" (Clarín, 14/12); incluso "los gobernadores que mejor miden (en las encuestas) en sus territorios... han sabido tomar en algún momento distancia del matrimonio presidencial".

La crisis mundial

En la sesión de la Cámara de Diputados que trató el paquete de medidas ante la crisis, quedaron expuestas las grandes líneas políticas de la burguesía. Aguad, en nombre de la UCR, denunció que "el Estado argentino no tiene recursos económicos para hacer frente a esta crisis solo" y propuso "lograr un acuerdo" con "los sectores que tienen que poner los recursos económicos", o sea los sojeros y el FMI (con el cual Aguad pretende renegociar la deuda externa).

Detrás de este planteo gira toda la oposición patronal, incluido el "socialismo", y está en línea con lo planteado por Prat Gay, de la Coalición Cívica, y el peronismo "disidente". La devaluación "de una vez y profunda" significaría una demolición de los salarios, un negocio redondo para los que protagonizan la fuga de capitales y un golpe a la política intervencionista del gobierno. El ex banquero Roque Fernández advirtió que podría provocar otra hiperinflación (Ambito, 15/12).

Techint puede estar de acuerdo con la devaluación que propone la oposición patronal, pero no con el plan de rescate en manos del FMI, desde el momento que éste significa un derrumbe del mercado interno, que es una pieza clave en el mantenimiento del "cluster" de Pymes que sostiene el pulpo de los Rocca, cuando tienen por delante una caída vertical de las exportaciones. El "capo" de Techint acaba de pedir protección frente a las importaciones de China y Brasil, en oposición a lo que plantearía el FMI, y una "política" para el sector agropecuario que dinamice el mercado de la maquinaria agrícola, del cual Techint es proveedor.

Pero si el gobierno no levanta del 25% en las encuestas, la oposición, por su lado, está atomizada y tampoco atrae el electorado. Margarita Stolbitzer ha anudado pactos con los ex radicales K y ha abierto una negociación con Solá. Sin embargo, fruto de sus "conversaciones habituales con Mauricio Macri", Solá ha dejado correr la hipótesis de su candidatura en la provincia y la de Michetti en la Capital, como parte de un mismo bloque político (Clarín, 12/12).

¿"Vivir con lo nuestro"?

La intervención de Agustín Rossi, en misma sesión de la Cámara de Diputados, expuso el otro polo de la política patronal: "Si la crisis está en el centro del poder (Estados Unidos), éste tratará de resolver su propia crisis y habrá poca liquidez para los países emergentes, por lo que la alternativa es ‘vivir con lo nuestro'". ¿Pero el gobierno es capaz de sostener una economía dirigida y reglamentada? No es lo que demuestran los 25.000 millones de dólares que se han ido del país desde septiembre de 2007. El gobierno estaría por lanzar un nuevo canje de bonos de deuda de corto plazo por otro de plazo mayor, que está manejado por el Citibank y el Deutsche Bank -o sea que será un premio a los banqueros y no una medida unilateral para parar la hemorragia de la deuda externa.

El gobierno está llevando a la nación -y a la propia camarilla-, a un callejón sin salida, en la medida que es incapaz de enfrentar la crisis con medidas que ataquen la propiedad privada de banqueros y exportadores. Esta es la base más general de la descomposición política del oficialismo y de la diáspora que va quebrando su base de apoyo.

Pero tampoco tiene excluido su propio acuerdo con el FMI. Mario Brodersohn (UCR) le dijo a Clarín (14/12) que "es posible que el gobierno, con la aparición de Obama, con las nuevas regulaciones del mercado financiero internacional, empiece a decir que vamos a tener un FMI progresista (y) a estar más predispuesto a endeudarnos. Es posible que haya un cambio, un giro de 180 grados".

El centroizquierda y el Frenapo

La CTA, que viene de protagonizar una movilización reducida y dividida, se ha declarado fuera de una agenda de intervención en la lucha de clases. Toda su preocupación gira en torno de las combinaciones electorales de 2009, con la pretensión de que "a la izquierda de Kirchner ya no hay una pared. Estamos nosotros" (Clarín, 13/12). Claudio Lozano ha hecho un llamamiento al sector de Diálogo por Buenos Aires (Bonasso, Ibarra, Heller), a diputados de Juez y a Martín Sabatella -intendente de Morón-, para constituir un bloque parlamentario. Solanas ha ido a visitar al propio Juez, un representante de los sojeros y los capitales automotrices, para formar un "frente nacional".

Claudio Lozano ha denunciado que "se está convalidando un proceso de devaluación progresivo para congraciarse con los exportadores", pero sus aliados (Buzzi) reclaman una mega-devaluación.

La burguesía, entonces, oscila, ante la crisis, entre el dirigismo para no caer en "default" y seguir pagando la deuda, y la mega-devaluación y un préstamo del FMI. El fracaso del dirigismo lleva a esta segunda variante. Brasil la ha transitado en parte, porque ha hecho una importante devaluación y ha recibido un préstamo enorme de la Reserva Federal. Pero la crisis sigue y todo esto se queda corto. La mega-devaluación y el acuerdo con el FMI será el estallido final del período abierto por el ascenso del kirchnerismo.

Christian Rath

sábado, 13 de diciembre de 2008

FMI O GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES



Es necesario volver a decirlo: el gobierno nos está llevando a un colapso económico debido a su incapacidad para enfrentar la crisis capitalista con medidas draconianas contra la libertad de acción de la clase capitalista. Argentina se encuentra en un contexto de derrumbe de las relaciones económicas internacionales, caracterizadas por una seguidilla de quiebras de empresas y bancos -e incluso de naciones enteras (como en el este de Europa y el Báltico)-, y por la incapacidad de los Estados y de los bancos centrales para relanzar las operaciones de la economía, esto a pesar de la inyección de sumas billonarias de dinero. Las decenas de miles de millones de dólares que el Congreso norteamericano prevé entregar a los tres pulpos automotrices del país no apuntan, ni en la intención, a revitalizar a la industria, pues las disposiciones del rescate establecen la liquidación de los convenios laborales, el ‘default' parcial de las deudas con autopartistas y el cierre de plantas. A la parálisis de los mercados monetarios y del crédito interno, se ha sumado en los últimos días el colapso del crédito internacional, mediante una drástica reducción de las cartas de crédito que financian el comercio exterior de los llamados países emergentes.


En este marco, el gobierno ha dispuesto dilapidar los fondos de la Anses, engrosados por el dinero de las AFJP, en un plan de subsidios sin futuro (desvalorización de los dineros de la Anses) a las automotrices locales y a los bancos. En lugar de supervisar en forma directa la utilización del dinero en un plan para resolver problemas estructurales, el gobierno licita los fondos de la Anses a una industria suntuaria, y lo hace por medio de los bancos, cuyas mesas de dinero son los principales canales para la salida de capitales del país. En un contexto de tasas de interés que llegan al 100% anual, se les da a los bancos un incentivo extraordinario para el desvío de fondos.


El retorno a un sistema de ahorro previo está destinado a alimentar a las concesionarias, que no dejarán de usar los anticipos para operaciones temporales más lucrativas. De ningún modo reactivarán a la industria o impedirán las cesantías, por la simple razón de que el colapso es mayor que la aspirina que se administra: la industria automotriz en Brasil, de la que depende la argentina, asiste a un verdadero derrumbe: la mitad de los trabajadores (60 mil) recibieron vacaciones adelantadas, los patentamientos cayeron un 30 por ciento y la producción de noviembre, un 40 por ciento (El Cronista, 5/12). El viernes 5, la moneda brasileña, el real, sufrió un verdadero descalabro cuando el banco central no pudo controlar una enorme salida de capitales. El crédito brasileño, colocado para el consumo a tasas de interés usurarias, se encuentra paralizado (Financial Times, 8/12).


¡El gobierno quiere financiar una reactivación de la economía sin tomar antes el control de los bancos, por donde se fugan los capitales, e incluso quiere hacerlo transfiriendo a los bancos el excedente previsional de fondos del Estado! Por eso la devaluación en curso es imparable y constituye un drenaje constante de recursos. La desvalorización del peso frente al dólar no obedece en absoluto a un desequilibrio comercial, pues junto a la caída de los precios de exportación caen los precios de importación (el costo de los fletes marítimos cayó un 80 por ciento), y junto a la caída de la demanda mundial hay una caída de la demanda nacional de productos extranjeros. El peso no se desvaloriza por falta de competitividad sino debido a la salida de capitales, y porque el default financiero internacional (los seguros para cubrir una cesación de pagos están por las nubes) pone en jaque a todas las monedas que se financiaron con capital extranjero, como el real brasileño, el won coreano y hasta la libra esterlina, e incluso el rublo ruso (porque tiene una deuda privada externa gigantesca, que supera el incremento que registraron sus reservas en divisas). Como la divisa que más se financió con capital externo fue el dólar (la deuda externa neta norteamericana es de cinco billones de dólares), al final de la presente especulación con los bonos de Tesoro de Estados Unidos se prevé su derrumbe y un dislocamiento monetario internacional. Una megadevaluación del peso no mejoraría la posición comercial de Argentina sino la rentabilidad de los exportadores, pero además encarecería el peso de la deuda externa en dólares y adelantaría los tiempos de un ‘default' y de un pedido de rescate al FMI.


Es lo que acaba de reclamar Prat Gay, el banquero preferido de Carrió, que de este modo convierte a la intervención del FMI en la salida política de toda la oposición patronal, incluida su pata socialista. Es lo que también reclama un ‘progresista', Bernardo Kosacoff, presidente de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), que bajo la exigencia jeroglífica de "recuperar la demanda de pesos", alude a la necesidad de cortar la demanda de dólares por medio de una devaluación y de un programa de estabilización del FMI. Es lo que acaba de reclamar también el Banco Itaú, el más importante de los brasileños, para rentabilizar su acaparamiento de dólares, tanto de las reservas argentinas como brasileñas (por eso ha apoyado la devaluación del real y mucho más el convenio del Banco Central de Brasil con la Reserva Federal para financiar la salida de dólares con un préstamo norteamericano renovable).


En Europa oriental, estos programas se están cobrando miles de cesantías entre los empleados públicos y la reducción de los sueldos, además de una feroz contracción de la economía. La falacia de todas estas recomendaciones reside en el hecho de que la crisis (recesión, depresión, quiebras) consiste precisamente en el atesoramiento del dinero (demanda de atesoramiento) y, por lo tanto, en la caída de su demanda para crédito y transacciones comerciales, en la forma que sea de moneda nacional -por eso hay una huída de todas las monedas (la moneda más sólida del planeta, el yen japonés, tiene demanda negativa para crédito y comercio, por eso paga cero de tasa de interés, al igual que lo que ocurre con los bonos del Tesoro norteamericano a uno y tres meses, que se cotizaron a cero interés la semana pasada). La megadevaluación del peso convalidaría la fuga de capitales (premiaría a los que fugaron) y representa un enorme negocio para los bancos y capitalistas que dolarizaron sus activos, pero va a provocar la contracción de la economía (la contracción del mercado interno) y a disparar una inmediata dolarización de los precios. Los sojeros preparan una nueva ofensiva para la semana que viene, por una razón que habla por sí sola: tienen acaparadas aún diez millones de toneladas de soja, que quisieran vender a un precio más alto en pesos (el sojero Binner es partidario de la devaluación en escala e incluso del rescate del FMI).


La crisis, sin embargo, no exige devaluar nada; la devaluación es un planteo interesado de un sector de capitalistas. Es necesario nacionalizar los bancos, cortar la sangría de la deuda externa y poner fin al acaparamiento de cereales por parte de los capitalistas de la soja y de los pulpos de la exportación. Con estos recursos en la mano hay una amplia viabilidad para un plan público de infraestructura y de industrialización, que se deberá complementar con convenios comerciales bilaterales, que sean funcionales a este plan. Pero como el punto de partida de esta salida lo constituyen medidas anticapitalistas, hay que excluir que las adopte el kirchnerismo, que será tragado simplemente por el torrente de la crisis y cuya descomposición política está a la vista (hasta Depetri admite que puede perder en la provincia de Buenos Aires). En el desarrollo de un plan de salida a la debacle capitalista, los trabajadores deberán asumir la tarea de control y gestión de la economía en todos sus niveles, algo fundamental en cualquier salida popular pero que el nacionalismo burgués no admitiría bajo ninguna forma. La salida a la crisis capitalista plantea un cambio de régimen político, de una u otra manera: FMI o gobierno de trabajadores.


Jorge Altamira

lunes, 1 de diciembre de 2008

ELPRESUPUESTO EN PROVECHO DE UNA ELITE, EL TRABAJADOR MUNICIPAL OTRA VÍCTIMA


Cada tanto, periodistas, funcionarios o cualquier vecino de Lanús repiten “el 65 % del presupuesto municipal se va en salarios” y entonces comienza una frenética revisión de por qué se gasta tanta guita en “tanto” personal para administraciones que funcionan casi a pedal.

La organización del trabajo municipal en el capitalismo no puede ser solidaria, debe necesariamente reproducir el sistema de relaciones sociales imperantes, es decir la explotación por parte de un grupúsculo de las fuerzas de trabajo de la mayoría. En las comunas se reproduce la forma de gobierno de camarilla instalada desde hace rato a nivel nacional y cada puntero y hasta otros partidos “opositores” tienen asignada una porción del plantel para su “tropa”. Asesores y ñoquis juegan un papel a la hora de montarse cajas negras, que bajo rimbombantes nombres desvían partidas presupuestarias.

Aunque la organización de las tareas generales la dirija un equipo de creativos (Lanús no es el caso), éstos no pueden romper el esquema de la explotación y el sometimiento a un ordenamiento genial o ridículo del cual el trabajador es un mero prisionero.

Bajo este análisis no se debe de ninguna forma hacer caer la responsabilidad de la impericia patronal sobre los trabajadores. Por el contrario lo que debe revisarse detenidamente son las formas de pago, si se efectúan los aportes a Cajas de jubilaciones y a Obra Social, cuáles son las formas de trabajo precario (en negro, horas cátedras, contratos, pasantías, etc.). Porque las violaciones a la legislación laboral en vigencia terminan afectando a los municipales en su doble papel, como asalariados y como contribuyentes que son, quienes pagan los desaguisados de los distintos gobiernos.

La historia de los municipales es de salarios por debajo del mínimo establecido por ley, cero capacitaciones, nunca recategorizaciones. Los ascensos e ingresos de personal sólo son para familiares del círculo más estrecho del Ejecutivo o para elementos afines. El ascenso por concurso no existe en un régimen de punteros, porque esa instancia de examen público revaloriza al trabajador como un ente independiente y lo sustrae de manoseos y dependencias.

Con Quindimil los municipales precarizados llegaron a ser el 30 % de la planta municipal (Inforegion 14/2/08), cifra que mantiene una coherencia con todo el cuadro de empleo en negro que es del 40 % y aunque es delito, liderado por los gobiernos Nacionales, provinciales y municipales.

Con Díaz P. no hubo cambios, si se consideran los dichos del concejal K y secretario del Sindicato Municipal San Vicente, Carlos Vergara, “muy pocos municipios han cumplido, lo que prevée la Ley para todos los que están contratadas por más de un año pasen a planta permanente”. San Vicente está lejos de Lanús ytal vez no lo sepa el gremio ni la patronal pero el reclamo de efectivización efectuado por Aguirre, Gauna, Alcetegaray y Balada, empleados del Tribunal de Cuentas de Lanús con 7, 8, 10 y 11 años de trabajo (La Defensa), es la punta de un témpano que más temprano que tarde va a irrumpir en la plácida relación existente entre el gremio y la patronal, donde el 30% del personal no tiene derechos gremiales.

Un dato importante de la distribución de la partida salarial es que 1500 personas de conjunto cobran $ 1.500.000, mientras que un solo individuo (el intendente) cobra un salario igual al de 35 de esas personas condenadas a la indigencia, o lo que cobran 233 Planes sociales.

Luego habría que analizar de qué se tratan algunos números presentados a la sesión extraordinaria del consejo, para ampliar el presupuesto, por ejemplo Gestión Ambiental que gastó en 9 meses $ 3. 800.000, cuando todo el distrito sufre de la más absoluta desprotección ambiental. O el $ 1.100.000 que se gasta mensualmente en ¿convivencia y seguridad? O los $ 400.000 mensuales que se distribuyen en los rubros “Intendente, sus colaboradores cercanos y la Jefatura de gabinete”.

De la
sesión especial del Consejo, por la rendición de cuentas(3/9/08), surge que estas partidas ejecutadas mes a mes implacablemente contrastan con la desidia de la Secretaría de Cultura para distribuir $ 7.000 en becas destinadas a pibes en edad escolar como ayuda. O el caso de “Ayuda Social” que teniendo $ 12.800 (muy poca plata para semejante desastre social en el distrito) tampoco lo distribuyó. Pero el caso más patético es el de la Secretaria de Desarrollo Humano que teniendo en caja 5 millones destinados a ayudas sociales a personas y alimentos para indigentes y personas carenciadas del distrito, no sólo no lo hizo sino que castigó a las organizaciones de desocupados que denunciaron la desnutrición infantil y cuando estas organizaciones reclamaron para todos los comedores populares una dieta balanceada y no chatarra, Karina Nazabal y Daniel Ledesma señalaron que el municipio se podía hacer cargo de dar $ 1,80 por comensal (30 %) cuando la dieta individual en marzo costaba $ 6. Estos funcionarios, sin vergüenza, se reúnen para no permitir que se baje la edad de imputabilidad, pero ellos son quienes condenan a la discapacidad de por vida a muchos niños.

Como la contratación de Personal Temporario (horas cátedras y contratados) permite manejos de toda índole, la Secretaría de Cultura que tenía un presupuesto de ¡$ 2.261.814! gastó $ 3.163.067 es decir casi 1 millón más. Lo mismo sucedió en “Promoción del deporte” donde el verdadero juego fue contratar personal temporario por $ 4.676.000. Por supuesto a estas cajas negras las han ayudado enormemente los superpoderes dados al Intendente por el Consejo Deliberante, así se pueden reasignar las partidas presupuestarias y como prestidigitador, regatear con tapitas a un público cándido, que nunca termina de saber debajo de cual tapa está lo que se busca. Luego estan los 50 palos de Covelia para higienizar 40 KM2

La crisis capitalista internacional está fogoneada por estas políticas de saqueo. El déficit fiscal recorre Nación, Provincias y Municipios. En manos de los punteros que dirigen vamos a una catástrofe sanitaria, educativa, habitacional y de los servicios. Los trabajadores debemos impulsar reuniones y debates por un plan de lucha y una salida obrera a la crisis.