En la madrugada del día viernes 26, mientras se desarrollaba una pegatina de compañeros del Partido Obrero, estos fueron interceptados reiteradas veces por un grupo de matones al servicio del intendente comunal Darío Díaz Pérez, con el fin de amedrentar a los mismos para que estos desistan de su actividad.
El modus operandi de estas bandas para-policiales es bien conocido por el conjunto de la sociedad. Operan como fuerzas de choque del mismo aparato del poder público y sus actuales gestores, para instalar así un régimen de persecución hacia los luchadores y las fuerzas políticas opositoras, sosteniendo la omnipresencia de estos grupos violentos para resguardar sus intereses de camarilla.
El primero de los encuentros se produjo, en horas de las madrugada, en las cercanías de la zona céntrica de Lanús Este, donde un Renault 19 color azul y cargado de unas 6 personas frena precipitadamente, frente a la presencia de militantes del Partido Obrero, agrediendo a estos físicamente mientras exhibían la portación de armas de fuego y atinaban a sustraerle los materiales a estos.
Esta situación volvió a reiterarse minutos antes del comienzo de la veda electoral, pero esta vez en pleno centro de Lanús; en las dársenas de colectivos ubicadas en la misma estación. Aquí, el mismo automóvil con los mismos matones, no tuvieron problema en reproducir sus métodos. Pero esta vez en pleno día, con plena circulación de gente y con la complicidad de la policía que encontrándose a metros de los hechos no atinaron a hacerse presente sino solo hasta 15 minutos después de retirados estos. En esta oportunidad, los agentes del intendente, no solo utilizaron sus manos para agredir a los militantes del PO sino que arrojaron una botella de cerveza que logro impactar en uno de los compañeros. Prosiguieron su actitud patoteril increpando a los militantes del PO al grito: “Lanús es de Darío”. En esta oportunidad, los agredidos, comenzaron a denunciar a los gritos a los matones Kirchneristas, que bajo la mirada inquisidora de vecinos y trabajadores empezaron a retroceder, terminando por retirarse de la plaza.
La historia no termina acá sino que la misma gente se hizo presente en las inmediaciones del local del PO donde continuaron su actividad provocadora.
Esta es la mayor muestra de la descomposición total del régimen político de los Kirchner y de Díaz Pérez en particular. Que recurre a patotas y matones para sostener su debilitado poder.
El Partido Obrero termino exitosamente su actividad, demostrando que es el único partido que desenvuelve su campaña e intervención en las calles, plantándose ante las patotas y fuerzas para-policiales. Para que la crisis la paguen los capitalistas.
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