lunes, 24 de noviembre de 2008

Balance político de las elecciones de la UBA



Las elecciones de centros de estudiantes de la UBA están prácticamente finalizadas -falta concluir únicamente la votación en Agronomía. La masiva participación de los estudiantes, superior a los 70.000, echa por tierra toda la campaña difamatoria sobre la supuesta falta de representación de las organizaciones estudiantiles. Precisamente por su alto nivel de representación, las elecciones fueron el escenario de una lucha política abierta. Es necesario determinar, ahora, un balance.


A la izquierda


Contra lo que dice el faccionalizado comentarista de Clarín (17/11), las elecciones pusieron de manifiesto una acentuación de la tendencia hacia la izquierda del estudiantado. Lo prueban, en primer lugar, los resultados de la UJS-PO, el exponente más completo de una política socialista. Logramos presentarnos en la totalidad de las facultades y crecimos significativamente en la mayoría de ellas. Obtuvimos la presidencia en tres centros de estudiantes (Psicología, Filosofía y Letras, Veterinaria) y participamos como segunda fuerza en la lista ganadora en Arquitectura. El otro dato relevante fueron las votaciones conseguidas (sea en alianzas o en listas propias) en las facultades masivas y menos politizadas como Medicina, Odontología, Farmacia y Económicas. El jefe de la Franja de Económicas se vio obligado a escribir un artículo en Página/12, no para explicar la victoria de su agrupación sino el 22,4% de votos obtenidos por el frente que integramos. En Sociales perdimos por 200 votos (22,2 a 18,4%), pero quedamos como segunda fuerza y alcanzamos la condición de la agrupación más numerosa de la facultad. Gracias a estos resultados, somos la fuerza con mayor cantidad de centros de estudiantes y de delegados en la Fuba.


El desarrollo electoral y organizativo del PO, al que debemos sumarle el triunfo en el colegio de la UBA Carlos Pellegrini, no puede escindirse de su planteo político socialista. Llamativamente, el diario Clarín (16/11), procura distorsionar este hecho presentándonos en una posición ‘neutral' en oportunidad del conflicto sojero, cuando es notorio que atacamos y combatimos a los dos grupos capitalistas en pugna, y que luego la crisis mundial le dio toda la autoridad a nuestros planteos de nacionalizaciones. O sea que el estudiantado votó una plataforma política perfectamente definida.


El crecimiento en algunas facultades de agrupaciones que se reclaman ‘independientes' ha dado pie a la interpretación de que las elecciones pusieron de manifiesto un retroceso del frente de izquierda que dirigió la Fuba en los últimos periodos, y que esto podría redundar en una nueva dirección de la Federación orientada hacia el ‘centro' o incluso hacia el gobierno. Pero esta modificación sólo testimonia el derrumbe del frente sojero formado por el MST y el PCR, que abandonaron las posiciones de la izquierda para tomar las del capital agrario. Los llamados ‘independientes', por su lado, procuraron mantener, ellos sí, una posición ‘neutral' en ese conflicto; esta ‘izquierda independiente', sin embargo, cerró acuerdos con sectores vinculados con el kirchnerismo y con las gestiones centroizquierdistas. De todos modos, cualquiera sea la tendencia ‘hacia la derecha' de los independientes en materia de alianzas, lo real es que las agrupaciones propiamente kirchneristas se derrumbaron, de manera que un corrimiento de los ‘independientes' hacia el gobierno significaría una desautorización al mandato que emerge del voto ‘hacia la izquierda' de los 70.000 universitarios.


Derrumbe de los ‘sojeros de izquierda'


Fue palmario el retroceso de la ‘izquierda sojera', es decir del MST y el PCR. En casi la totalidad de las facultades donde se presentaron retrocedieron abruptamente. El MST perdió, junto con el PCR e IS, el frente de Filo en manos de El Bloque (PO, PTS), y con ello la presidencia de un centro de estudiantes en la UBA. En el resto de las facultades, en general, no logró superar la barrera del 5%. En términos de delegados fueron reducidos a una fuerza de segundo orden. El PCR, por su lado, también perdió Exactas.


El derrumbe de los "sojeros" es otra expresión, por lo tanto, de una tendencia a la izquierda.


Antes de su derrota electoral ya habían sido derrotados en todos los acontecimientos políticos importantes del movimiento estudiantil. Prácticamente no hubo una sola asamblea o congreso estudiantil que no haya repudiado su posición en favor del capital agrario. A esto se le debe agregar, sobre todo en el caso del MST, que esta posición se combinó con el apoyo a los decanos ‘progres', que para colmo son kichneristas.


La pelea con la Franja y la impasse K


Las elecciones, de todos modos, devolvieron protagonismo a la Franja en virtud de la participación de Ciencias Económicas, que se encontraba alejada de la Fuba. Esta participación cambia sustancialmente el esquema de delegados (es la facultad con mayor representación) al congreso de la Federación, y le da a la derecha una palanca política (aunque incluso en Económicas ha habido un desplazamiento a la izquierda a partir del voto masivo que recibió la oposición de izquierda a Franja - MxE). En ausencia de un avance hacia la izquierda en el conjunto de la Universidad, la victoria de Franja en Económicas le habría dado un pasaporte a la dirección de la Fuba. De todos modos, a pesar de los enormes recursos disponibles y del apoyo directo de la gestión de la facultad, la Franja Morada, que se ocultó detrás de la máscara de Nuevo Espacio, hizo una elección por debajo de sus expectativas, pues no logró superar el 40% (MxE obtuvo más de la mitad, el 22%). El resultado fue vivido como un triunfo por la izquierda y como un velorio por Franja.


Franja Morada intentará ahora reunir en un frente a todas sus vertientes, la mayoría de las cuales sufrieron en estas elecciones sendos retrocesos electorales (Medicina, Farmacia, Psicología y otras), aunque la suma de esos votos no le alcanzará para recuperar la Fuba (tampoco puede contar con los votos de derecha, tipo Carrió, que desapareció de la UBA). El rector Hallú, convertido en el padre del "operativo retorno" u "operativo anti-PO", busca presionar a todas las variantes K, que en general vienen muy golpeadas por resultados electorales adversos, a armar una lista común con la Franja. Pero, para los K, ese paso podría ser su acta de defunción, aunque un frente de la totalidad de las tendencias de la Franja y los K no puede descartarse por completo. Aun en ese caso es incierto que tengan los votos necesarios para quedarse con la dirección de la Fuba.


El problema está en la izquierda


O sea que Franja Morada y los K necesitan que un sector de la izquierda les facilite la tarea. La posibilidad de semejante entuerto derechista existe, como lo demuestran señalamientos tales como "el modelo de la Fuba del PO está agotado" (MST) o "el PO debe abandonar su sectarismo" (Mella). Se trata de eufemismos para justificar un frente con la derecha o una parte de ella. Esto es lo que tiene presente el cronista de Clarín cuando se empeña en negar la mayor izquierdización del estudiantado y cuando advierte que Franja irá por la dirección. Que la izquierda sojera y algún sector de los ‘independientes' se puedan prestar a semejante contubernio, simplemente prueba que la crisis del capitalismo empuja a los democratizantes hacia la derecha (en especial a los que, como la izquierda sojera, están en plena descomposición).


Los resultados electorales exigen que la dirección de la Fuba continúe teniendo un carácter de izquierda, respetando el peso específico de cada agrupación de acuerdo con los delegados electos. Cualquier otra cosa denunciaría un giro hacia la derecha, que violentaría la voluntad política expresada en el voto. La plataforma programática de un frente no debería entrañar mayores problemas, porque tendría por eje la lucha por el mejoramiento material y político de la Universidad y sus estudiantes y docentes, y la lucha contra el régimen de camarillas, que buscan convertir a la UBA en un apéndice de los monopolios capitalistas. La crisis mundial añade mayores razones para este programa, pues ya no corresponde esperar ninguna ‘salida' financiada por capitales privados. Es muy sencillo: por una dirección de la Fuba independiente de la clase capitalista internacional o nacional, que impulse la colaboración política con la juventud trabajadora y los luchadores obreros y sus organizaciones.


Gabriel Solano

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